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La vida no alcanza para llorar tantos muertos

 

[English below]

Consuelo Rivera-Fuentes

(cita de Patricio Guzmán en Nostalgia de la Luz)

 

Tenía el joven la pupila opaca

con una sola lágrima

que iba dejando un solo surco

plateado y húmedo

en su cara morena,

como la pajita de Gabriela Mistral*

que anunciaba el inicio y el fin

del sollozo.

 

Esa yerba dura y punzante

se quedó clavada

en un horizonte

que solo él veía.

 

Se quedó dormido

con la imagen de su madre y hermana

haciéndole señas desde

el fondo del Mar Mediterráneo.

 

Yo quería cerrar mis ojos

para que no me doliera tanto

el corazón incrustado

con la famosa pajita.

 

Cuando era niña

vi mi primer muerto

con curiosidad,

sin llanto,

y los ojos vacíos

del vecino

llenaron mis noches

de pesadillas mudas

en blanco y negro,

como las películas de Charlie Chaplin.

 

Y no lloré

 

Pero a medida que los inmigrantes

buscaban por dónde subirse a los camiones

en Calais

el espanto, la angustia y el gemido

se engarzaron en mi cuello y mi garganta.

 

Miradas desesperadas nos rompían los espejos

laterales

llenos de impotencia y rabia.

Una y otra vez la migra francesa

los sacaba de pequeñas esquinas

y cajas desde los camiones,

debajo de los coches y caravanas rodantes

colgados como murciélagos

saltaban los jóvenes

como muñecos porfiados.

 

Recibían golpes y patadas

y volvían a la carga

en el asfalto caliente del puerto

francés.

 

Llegamos por fin a Dover

y a sus acantilados de tiza y cal viva,

atrás quedaron los jóvenes africanos

soñando con una Inglaterra de castillos,

reinas y duques de papel.

 

Lloré y lloré,

y no me alcanzó nunca la vida,

y morí con los ojos secos.

 

 

 

 

Life is not enough to weep for so many dead

Consuelo Rivera-Fuentes

(quote from ‘Nostalgia for the Light’ by Patricio Guzmán)

 

The young man stared at me

with opaque pupils,

with a single tear

that left only one silver and wet rut

on his brunette face,

as the tiny pajita of Gabriela Mistral**

announcing the start

and the end of the sob.

 

That hard pajita stayed fixed

to a horizon

that only he could see.

He fell asleep with the image of his mother and sister

calling him from the bottom of the Mediterranean Sea.

 

I wanted to close my eyes

so that my heart,

pierced by the famous pajita,

didn’t hurt so much.

 

When I was a girl I observed my first dead

with curiosity,

without weeping,

and the neighbour’s empty eyes

filled my nights of silent nightmares

in black and white,

like Charlie Chaplin’s movies.

 

And I didn’t weep.

 

But as the immigrants sought

spaces to climb the lorries in Calais,

the horror, the anguish and the groaning

got stuck in my neck and my throat.

 

Desperate looks filled with helplessness

and anger broke our side mirrors.

Over and over again the French police

pulled the youngsters from small corners

and boxes from lorries,

from under cars and caravans.

Hanging like bats

the young men

jumped back up

like stubborn dolls.

They were punched and kicked

but they returned again and again

in the hot asphalt of the French port.

 

We finally arrived at Dover

with its cliffs of chalk and lime

leaving behind the young Africans

dreaming of England's castles

queens and dukes of paper.

 

I wept and wept

but life was not enough

and I died with dry eyes.

 

 

Trans. Consuelo Rivera-Fuentes

 

*Gabriela Mistral solía decir que todo el mundo tiene una viga en sus ojos, especialmente los poetas, que modifica su visión de las cosas, de ahí las metáforas, símiles y lenguaje poético en general. Ella llamó a esta viga 'una pajita' y decía que cuando estamos agonizando, derramamos una última, extraña lágrima que cae muy lentamente limpiando el ojo, porque al entrar en el paraíso, no hay ningún uso para esta pajita o distorsión de la realidad. Su poema 'La Pajita' se basa en esta creencia.

 

 

** Gabriela Mistral used to say that everybody has a speck in their eyes, particularly poets, which alters their vision of things, hence the metaphors, similes and poetic language in general. She called this speck ‘una pajita’ and that when we are in our death throes we shed a last, strange tear that falls very slowly clearing away this pajita because on entering Paradise, there is no use for distortion of reality. Her poem ‘La Pajita’, is based on this belief.

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Hand sculpture, el Mano del Desierto (1992) by Chilean sculptor Mario Irarrázabal; Atacama desert, Chile. It represents human vulnerability and helplessness. Irarrázabal was himself imprisoned during the dictatorship.

See video clip here, in Spanish/English subtitles

Escultura Mano del Desierto (1992) del escultor chileno Mario Irarrázabal; desierto de Atacama, Chile. Representa la vulnerabilidad y el desamparo humanos. El propio Irarrázabal estuvo preso durante la dictadura. ​ Ver videoclip aquí, en español, con subtítulos en inglés.

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