In Memoriam: and poem by Isabel del Rio
"Fighting the good fight": battling with cancer
Like many other women with ovarian cancer, Consuelo was diagnosed too late. While the metaphor of "fighting battles" with cancer doesn't suit everyone, she did indeed feel that she was fighting back. But she never thought this was a battle fought heroically alone: on the contrary, she thought of it as something shared with those closest to her, and with all the medical staff who shared her journey. The staff at the wonderful Christie hospital in Manchester, paramedics, doctors in Cuba, with whom she consulted about trying scorpion venom. For her, this was never only about her, alone; rather it was a road travelled with others, others who help to tell her story.
The cancer ended her life: but it will not end her voice. For we, those who were part of her life, will keep her memories - as her friend Isabel del Rio makes clear in the poem below. We want her voice to go on, loud and clear, proclaiming her passion for human rights, her memories of love and of pain, her sense of being neither here nor there, always in between.
Link to her poem/ enlace a su poema [En & Es]:
Charla con un escorpion azul/Chat with a blue scorpion
"I am not blue but a scorpion anyway, let my venom cure your ill cells", wrote Consuelo. She liaised with Cuban doctors who research the venom of the blue scorpion, as a possible anti-cancer agent. It undoubtedly benefitted her quality of life for a while, even if it didn't cure the cancer. Placebo effect? Who knows? Who cares, if there is benefit?
Poem for Consuelo – in memoriam
by Isabel del Rio
It is beyond comprehension
that you cannot be with us anymore,
that we cannot see you nor listen to your voice...
Poetry seems to have gone astray in your absence,
days have lost their shine,
it is as if each moment has less to live for...
You should be at our side, for you still have much to do:
to write and sing and publish such splendid books,
to continue guiding us and inspiring us...
And forever your memory will remain intact,
your steady steps leading the way, your radiant energy
watching over us, your endless enthusiasm calling on us daily...
And so we will always live in your honour,
recalling your wise words, your admirable courage, your shining spirit.
"Peleando la buena batalla": luchando contra el cáncer
Como a muchas otras mujeres con cáncer de ovario, a Consuelo se lo diagnosticaron demasiado tarde. Aunque la metáfora de "librar batallas" contra el cáncer no se adapta a todo el mundo, ella sí sentía que estaba luchando. Pero nunca pensó que fuera una batalla librada heroicamente en solitario: al contrario, la consideraba algo compartido con sus seres más cercanos y con todo el personal médico que compartió su viaje. El personal del maravilloso hospital Christie de Manchester, los paramédicos, los médicos de Cuba, a quienes consultó sobre la posibilidad de probar el veneno de escorpión. Para ella, nunca se trató sólo de ella, sola; más bien fue un camino recorrido con otros, otros que ayudan a contar su historia.
El cáncer acabó con su vida, pero no con su voz. Porque nosotros, los que formamos parte de su vida, guardaremos sus recuerdos, como deja claro su amiga Isabel del Río en el poema que reproducimos a continuación. Queremos que su voz continúe, alta y clara, proclamando su pasión por los derechos humanos, sus recuerdos de amor y de dolor, su sentido de no estar ni aquí ni allá, siempre en medio.
"No soy azul sino un escorpión de todos modos, deja que mi veneno cure tus células enfermas", escribió Consuelo. Se puso en contacto con médicos cubanos que investigaban el veneno del escorpión azul, como posible agente anticancerígeno. Sin duda, benefició su calidad de vida durante un tiempo, aunque no curó el cáncer. ¿Efecto placebo? ¿Quién sabe? ¿A quién le importa, si hay beneficio?
Poema en honor de Consuelo
de
Isabel del Río
29.4.24
Imposible hacernos a la idea de que ya
no estés acá con nosotros, a nuestro lado,
de que no podamos verte ni escucharte.
Sin ti, cuánto ha perdido la poesía, los
días son menos brillantes, los momentos menos
memorables.
Sí, tendrías que estar aquí
para seguir escribiendo, cantando, editando magníficos libros...
para encauzarnos e inspirarnos.
Y aunque te has ido, tu memoria sigue presente,
tus pasos firmes nos guían, tu radiante energía nos custodia,
tu entusiasmo inagotable nos visita a diario.
Y entretanto, nosotros viviremos en honor tuyo,
para siempre recordando tus palabras sabias,
tu admirable coraje y tu brillante espíritu.