Between cracks
On the clear night of my dream
I uncurl slowly, like a green snake
looking for heat, keeping the balance of my native forests.
I feel the cold crystal of my tendons stretching,
eternal ice takes over my body.
I dream of the warmth of my lover.
My tongue tastes the sweetness of my beloved's kiss,
the salt of her body,
sweaty with desire,
feeds my own yearning.
How weird dreams can be, I think.
I go on uncurling, peeling off my skin
Suddenly
sharp swords dig with fury in my entrails.
The grotto my son occupied for nine months
gives way to the blood of my lips that I bite
not to faint,
not to listen to
the laughter of the military
"fathers of our homeland"
which penetrates my ears…
How cruel dreams can be…
I transform into an electric eel,
swim gently into a South American river.
I cross into the Atlantic,
multiply by millions.
Sometimes, I stay still,
full of electricity that burns my being.
I sing silently,
like a mermaid,
to silence the howls of my compañeras
in that torture room of Concepción police quarters.
How lethal dreams can be.
I travel through deserts, mountains, and green valleys,
I jump cracks by leaps and bounds,
swimming, meandering luminously.
I undulate, I unfold
I change my skin,
I renew my tendons and bones.
I fly in search of my space,
and recognise my body
How liberating dreams can be…
A hummingbird takes me to the top of a volcano.
I wake curled
up
inside
my
self
Entre grietas
En la noche clara de mi sueño
me desdoblo lentamente, como serpiente verde
buscando calor, equilibrando
mis bosques nativos
Siento el cristal frío de mis tendones
estirándose
Hielos eternos se apoderan de mi cuerpo
Sueño con el calor de mis anhelos.
Mi lengua saborea el dulzor del beso de mi amada
La sal de su cuerpo
sudado de deseo
alimenta
mi propio deseo mujeril.
Qué raros pueden ser los sueños, creo.
Sigo desdoblándome, descamándome
Mientras espadas punzantes escarban con furia en mis entrañas
La gruta que mi hijo ocupó durante nueve meses
desaparece en la sangre de mis labios
que muerdo
para no desfallecer,
para no escuchar
las risas de los militares,
“padres de la patria”,
que penetran mis oídos...
Qué crueles pueden ser los sueños....
Me transformo en anguila eléctrica
Ondulo suavemente en un río de América del Sur
Así, cruzo hacia el Atlántico
Me multiplico por millones
A veces, me quedo absolutamente quieta
llena de electricidad que quema mi ser
mientras canto en silencio
como sirena
para acallar los aullidos de mis compañeras
en ese cuarto de tortura en la Comisaría de Policía en Concepción
Qué tan letales pueden ser los sueños.
Viajo por desiertos, montañas
y valles verdes
Salto grietas a pasos agigantados
Nado, serpenteo luminosamente
Ondulo, me desdoblo,
me desescamo
Renuevo mi piel, mis tendones y huesos
Vuelo en busca de mi espacio,
reconociendo mi cuerpo
Qué tan liberadores pueden ser los sueños...
Un colibrí me lleva a la cumbre de un volcán
Despierto acurrucada
en
mí
misma.